viernes, 17 de junio de 2011

Para qué sirve un netbook

Empecemos por el principio: Si es una persona que se pasa mucho tiempo al cabo del día frente al ordenador e intenta que un netbook sea su único ordenador, es mejor olvidarse de la idea…pero lo mismo podría decirse y por idéntica razón de los ordenadores ultraligeros, muy potentes y muy caros pero con unos tamaños de teclado y pantalla que no están hechos para alguien que los utilice mucho tiempo al día.
Hace ya tiempo que se venden más ordenadores portátiles que de sobremesa y, aunque no lleguemos al extremo de Japón, donde se ven muy pocos ordenadores de sobremesa en las tiendas y, en su lugar, se ven los componentes para que cada uno se los monte a su gusto, parece que ésa podría ser la tendencia futura: Prácticamente desaparición de los ordenadores de sobremesa que contarían con dos tipos de sustituto:
  1. Portátiles de tamaño mediano o grande con pantallas y teclados que permiten su uso continuo y su transporte ocasional aunque sus tres kilos o más de peso los hagan incómodos si los desplazamientos son muy frecuentes. Por añadidura, su tamaño no los hace adecuados para su uso en sitios como aviones o trenes y la duración de sus baterías no es precisamente sobresaliente. Son, por tanto, una excelente alternativa como ordenador principal.
  2. Ordenadores de sobremesa a medida: Todavía caros en España porque el mercado de componentes no está dirigido al consumidor final sino a los distribuidores pero esto es algo que cambiará y el habilidoso o aquél que tenga necesidades muy específicas probablemente preferirá construirse un ordenador a su medida antes que comprar un producto con una configuración estándar.
Hay una tercera opción que, lamentablemente, tiene muy poca representación en el mercado y es el ordenador del estilo MacBook Air, es decir, un ordenador portátil con una pantalla y un teclado de tamaño razonables para un uso continuado y que consigue la reducción de peso mediante el aplanamiento en lugar de reducir el tamaño hasta el punto en que convierte ese uso continuado en incómodo.

El modelo de Apple está muy logrado y tiene un equilibrio perfecto en tamaño, prestaciones e incluso duración de batería pero tiene una pega considerable: Los chicos de Apple son más cerrados aún que los de Microsoft y pasar por ese modelo implica tirar todo el software de que se disponga al no tener posibilidades de usar ni Windows ni Linux, al menos, sin hacer previamente virtuosismos con cuestiones como máquinas virtuales y otras zarandajas que, entre otras cosas, ralentizan el funcionamiento del ordenador.
Si alguien que no sea Apple decide hacer un ordenador de ese tipo o, alternativamente, Apple decide abrir su arquitectura a otros sistemas operativos, podía ser la solución perfecta.
Visto pues para qué no sirve un netbook, veamos para qué sí sirve y qué problemas se va a encontrar el usuario:
Si se hacen desplazamientos frecuentes y no se precisa una enorme potencia de uso, situación común a muchos usuarios que utilizan sobre todo correo electrónico, Internet y ficheros de texto, hojas de cálculo o presentaciones que no tienen una excepcional complejidad, un netbook puede ser el perfecto segundo ordenador. Si a los desplazamientos frecuentes se le unen los requerimientos de una mayor potencia, probablemente la opción adecuada sea un ordenador ultraligero, de tamaño parecido al netbook pero de mucha mayor potencia…y precio.

En cuanto al precio, una primera matización: La ausencia de lector-grabador de DVD y la posible necesidad de comprarlo aparte hace que el precio sea engañoso ya que con los 100 o 150 euros más que cuesta un ordenador completo -un portátil convencional- se dispone ya de ese elemento.
Por lo demás, un netbook tiene un tamaño idóneo si se trata de trabajar mientras se viaja utilizando, por ejemplo, las mesas desplegables de trenes o aviones aunque la mayoría de ellos tienen un fallo absurdo: No disponer de un modem 3G interno. Esto hace que, si se quiere conectar a Internet, el ordenador tenga que llevar un colgajo en el USB del que se podría prescindir.
En cuanto a los discos, es absolutamente recomendable el uso del SSD, es decir, el disco que no es un disco sino una memoria flash sin partes móviles y con una rapidez de acceso mucho mayor. Tanto por rapidez como por economía de batería, menos necesidad de refrigeración y evitación de problemas por movimiento parece la opción adecuada. Hay que tener en cuenta que, con la utilización de un usuario medio, es más importante contar con rapidez en el acceso a disco que contar con procesadores ultramodernos de 25 núcleos…porque ese usuario medio va a requerir de bastantes accesos a disco y, probablemente, no necesite una potencia de procesamiento descomunal. Un netbook usa procesadores poco potentes y de muy bajo consumo y, si introducimos el disco SSD, tenemos la combinación idónea.

La opción SSD es todavía cara. Es cuestión de tiempo porque marcas como Intel o Samsung están lanzando ya SSDs con capacidades equiparables a las de un disco duro convencional pero, hoy, en algunos netbooks  se están  instalando SSDs de un tamaño ridículo y, lo que es peor por ser fácilmente evitable, con una configuración absurda. Pondré como ejemplo el ordenador con el que he estado cacharreando: Un Asus 901 con SSD de 20 Gbs.
La parte buena: Una pantalla excelente que, aunque pequeña, se desplaza con gran rapidez por lo que, salvo que se requiera ver imágenes que la ocupen entera y todo al mismo tiempo, va a ser suficiente.
Las partes mejorables: La ausencia de modem 3G interno y la existencia de una ranura para una tarjeta SD con la que se le pueden añadir hasta 16 Gb. más de capacidad de disco sin que la cartera se resienta demasiado. Lástima que no reconozca la tarjeta como una parte del disco.
La parte absurda: No sé si lleva una o dos unidades SSD pero, al abrir “Mi PC” en Windows aparecen dos. En una de ellas va Windows y una serie de programas y la otra va bastante desahogada. Por defecto, cualquier instalación de un programa que se haga va a la partición o unidad SSD en la que está Windows por lo que podemos encontrarnos con que, si el usuario no está muy atento, esa unidad se va sobrecargando aunque la otra esté vacía penalizando seriamente las prestaciones del aparato.


ACTUALIZACIÓN: Ver http://factorhumano.wordpress.com/2010/05/11/eeebuntu-linux

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